Video Instalación, 2 televisores desmantelados, CCTV, Retroproyección en plinto para rapadora
Esta obra fue presentada el 2014, en la Sala de Arte CCU, para la exposición colectiva Reticular del Colectivo Aduana, curada por Andrea Josch y Daniel Cruz; en la Sala de Arte Mall Plaza Vespucio del Museo Nacional de Bellas Artes para la Anual de Artes Visuales Cero a la Izquierda, curada por Patricio Zárate para el proyecto Museo Sin Muros.
Videoinstalación que reflexiona entorno a la forma en que los medios de comunicación actúan en el inconsciente de los individuos. Establece relaciones conceptuales entre el proceso de distorsión de identidad ocurrida durante la mediatización, es decir, cuando el sujeto se identifica con la imagen producida y no consigo mismo; y las formas históricas de representación de los cambios identitarios marcados en el cuerpo. La tonsura del budista y de monje, el rapado de niño en la cultura india, el rasurar opresivo de las barbas y de los cabellos en los judíos por parte de los nazis, etc, son todas transiciones y transformaciones voluntarias o no, que sufre el sujeto, el cuerpo y su identidad.
Se presenta dentro de un circuito cerrado de televisión una video performance en la que el artista se rasura la cabeza como un gesto de supresión del sujeto frente a los medios, además integra al espectador, televisándolo en directo e invitando a que realice el mismo gesto de autoeliminación. El constructo televisivo es un montaje que devela el artificio que funciona detrás, en la maquinaria de la televisión, y que es lo que finalmente está oculto al igual que los procesos inconscientes del sujeto.