Video Instalación, 4 Monitores desmantelados, estructura 120 x 120 x 195 cms
A través de un autoretrato capturado en 360 grados, mostrado por separado, rostro, perfiles y espalda mostrado en cuatro televisores sincronizados que hacen la circular las imágenes a través de ellas, se establece una relación con los medios analógicos cinamatográficos que usan celuloide simulando la manera en que los fotogramas devienen unos tras otros para componer la imagen en movimiento. Se crea así tensión sobre lo digital y lo analógico además de una reflexión sobre la circulación de imágenes, la vorágine en loop de su hiperproducción. A través de una voz en off, el autor intenta dirigirse directamente al espectador, diciéndole cuál es su lugar en ésta lógica de producción de imágenes, con el fin de activar una visión crítica sobre el límite en dónde se define cómo es que participamos y desde dónde lo hacemos.
En su versión instalación propone una circulación en el recorrido, no sólo por quien establece algún tipo de relación con ella, sino que también en términos de edición de video y diseño estructural del soporte que lo hace posible. La intención es interrogar cual es la posición que tenemos como espectadores ante la circulación de las imágenes y quienes o qué es lo que efectivamente circula entre el espacio ficcionado y el espacio físico al momento de mirar las imágenes.